“Llegó el movimiento obrero, llegamos para luchar, de la mano de Moyano poniendo huevo vamos por más”, cantaba la Juventud Sindical mientras llegaba al estadio de Huracán. La cantidad de jóvenes trabajadores hacía que nunca termine el tránsito hacia adentro del estadio. Muy a pesar suyo, los medios de prensa no pudieron hacerse los distraídos frente a semejante movilización.
Más de 10.000 trabajadores encolumnados en la bandera de la Juventud Sindical, volvieron a ratificar la voluntad de acompañar a Cristina en la profundización del modelo. Difícil no pensar en retrospectiva y recordar el acto del 23 de septiembre en el Luna Park, donde muchos de nosotros escuchamos a Néstor Kirchner entre las mismas banderas y las mismas canciones. Difícil no emocionarse con su evocación en boca de nuestra presidenta Cristina Kirchner. Por eso no podíamos estar ausentes en ese día donde nuevamente íbamos más que a escuchar a la presidenta, a escuchar a la compañera, como ella misma se definió.
Desde el mediodía que el sol era agobiante, pero el calor no impidió que todos canten al ritmo de los bombos. Nuestras consignas hechas canciones nos recordaban por qué nos encontrábamos ahí. Entre todos, Facundo Moyano cantaba y traspiraba desde las tribunas, mientras esperábamos que comience el acto. Sabemos que para lograr conquistar la justicia social en forma definitiva en nuestra patria vamos a tener que poner el cuerpo para lograr una correlación de fuerzas mas favorables a los trabajadores. Para repartir, hay que tocar intereses. Para tocar intereses, hay que tener la fuerza necesaria para doblegarlos y es por eso que la Juventud Sindical, que milita dentro de la Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista, se hizo presente en esta impresionante convocatoria.
Muy por el contrario de lo que decían los medios, Hugo Moyano estaba presente. Nuestras banderas, como las de camioneros, son las banderas de la CGT que acompaña a este gobierno. Son las banderas de la coherencia de nuestro líder de nunca haber traicionado a los trabajadores, las que nos hicieron presentes en la cancha de Huracán, junto a su predica y su lucha. Porque la unidad para los peronistas no es un discurso o una alianza circunstancial, sino una voluntad política compartida de cambiar la realidad. Como bien dijo Cristina en su discurso, sin falsos antagonismos y con la única condición de estar de acuerdo en la necesidad de configurar una patria sin trabajo esclavo, en donde los únicos privilegiados vuelvan a ser los niños. Ese es el legado de Néstor Kirchner, quién más que un mito, fue un hombre de carne y hueso que supo enfrentar intereses reales.
El viernes 11 de Marzo también era notorio que el peronismo vuelve a ser la bandera de miles de jóvenes. Eso también fue en gran parte producto del proceso que encarno ese hombre en mayo del 2003 y el Viernes nos miraba desde las imágenes que eran trasmitidas desde el escenario. Los trabajadores sabemos el desafío que nos impone esta hora. Varias veces estalló en la garganta de todos, el pedidos de reelección para Cristina. Varias veces ella calló como pidiendo paciencia, mientras nos miraba emocionada y nos hablaba de la presencia de Néstor andando entre nosotros. Tenemos paciencia, y por qué no decirlo, también tenemos la esperanza de que el 30 de abril, cuando más de un millón de trabajadores nos juntemos en la 9 de Julio para festejar el día del trabajador, desde el mismo lugar en donde José Espejo, el secretario general de la CGT de ese entonces, le pedía a Evita que aceptara la candidatura a la vicepresidencia, podamos festejar junto a Hugo Moyano tener la posibilidad de poder reelegir en las urnas a nuestra actual presidenta.
Siempre con voluntad de sumar, generar consenso y sin claudicaciones, como siempre hizo el peronismo. Al final, como no podía ser de otra manera, la marcha peronista nos unió a todos en un mismo deseo: el de lograr una patria justa, libre y soberana, en el marco de una integración latinoamericana.